lunes, 21 de febrero de 2011

Energía eólica, una alternativa para electrificar el altiplano

El altiplano tiene potencial para generar energía eólica. El Instituto de Investigaciones Mecánicas (IIM) de la UMSA está implementando esta tecnología en las comunidades de Cantapa, en La Paz, y Huancaroma, Oruro, mediante turbinas eólicas diseñadas para la región.

La energía eólica, producida por el viento, puede ser usada por comunidades rurales para iluminar sus hogares y para el funcionamiento de bombas de agua y molinos.

En ese marco, ese instituto y la Fundación Energía para Bolivia ejecutaron un proyecto piloto con el apoyo del Consejo Nacional de Ayllus y Marcas del Qullasuyu (Conamaq).

La base de ese trabajo fue una investigación hecha por el ente académico entre 2007 y 2008, en busca de dotar de energía eólica a unas 20 poblaciones de La Paz, Oruro y Potosí, según explica Jorge Pórrez, director de la Fundación Energía para Bolivia.

En ese marco, en la comunidad de Cantapa (ubicada a 30 kilómetros de Viacha) se instaló la turbina en una torre de la comunidad con ayuda de la gente del lugar que está interesada en el proyecto, e incluso hizo una vigilia para que el generador funcione.

“Había poco viento y las astas no se movían, pero funcionó. Ese día los dejamos con luz”, expresa con satisfacción el director del IIM, Ramiro Peralta.

Esa turbina genera 250 vatios, los cuales sirven para iluminar dos aulas del lugar. En la comunidad orureña de Huancaroma se hizo un trabajo similar.

El desarrollo científico

Con el antecedente de experiencias negativas ejecutadas por otras instituciones, el ingeniero Jorge Guzmán planteó el rediseño de una turbina eólica en su tesis de maestría. Ese trabajo se amplió y pasó a un equipo de investigadores del IIM.

En el análisis de Peralta, las turbinas fabricadas en experiencias previas usaron parámetros internacionales que para funcionar precisan de vientos con un a velocidad de 23 metros por segundo.

Esa condición no se cumple en el altiplano, donde los vientos son más débiles. De acuerdo al mapa eólico, elaborado el 2008 por la Transportadora de Electricidad (TDE), esa región presenta un promedio de vientos de sólo ocho metros por segundo.

Según ese mapa, en el altiplano paceño los vientos más fuertes están en las poblaciones de Wallucani y Calamarca: 6,9 metros por segundo en la primera y 8,1 en la segunda.

Si bien hay regiones donde el viento llega hasta 24 metros por segundo, su duración es breve, insuficiente para una turbina.

Por ello se plantearon el objetivo de evaluar el recurso eólico en el altiplano, rediseñar la turbina acorde a las condiciones de la región y construir un prototipo con mano de obra nacional en todos sus componentes.

El trabajo se inició con el diseño y construcción de una pala de la turbina. Era un prototipo de madera que fue sometida a un túnel de viento (construido también por el proyecto) con velocidades de arranque de 1,7 metros por segundo.

“Nos trasladamos hasta Chicani (a 20 kilómetros de La Paz) para probarla. Logró moverse con el viento pero generó un voltaje menor a los 200 vatios. La paleta de madera era muy pesada”, cuenta el director del IIM.

Fabricaron un segundo prototipo más liviano, en resina reforzada con fibra de vidrio y estructura metálica.

La turbina fue capaz de arrancar con vientos de dos metros por segundo, óptima para el altiplano, explica el investigador Rubén Huanacu. Este prototipo se probó en Calamarca, donde generó más de 400 vatios.

“La probamos encima de una camioneta en movimiento”, dice Peralta. Al ser más liviano, las astas giraban con el viento, aunque la generación de energía todavía no se había resuelto.

Para ese propósito construyeron un dispositivo que amplificó el movimiento en 12 veces más. Luego de instalar el prototipo en Calamarca, fabricaron otros dos para el proyecto con el Conamaq.

Para el efecto, cuatro de los investigadores fueron a profundizar sus conocimientos en el Instituto Nacional de Tecnología Industrial de Argentina, con sede en Buenos Aires.

Pórrez destaca que la tecnología desarrollada por el IIM, al ser local, facilita su mantenimiento porque no se tiene que buscar los materiales en el exterior.

Los investigadores apuestan por una segunda fase. Para Huanacu es importante profundizar el estudio de las condiciones del viento en el altiplano para instalar parques eólicos.

El desarrollo de la energía eólica
# Significado Es la energía obtenida del viento. Es energía cinética generada por efecto de las corrientes de aire y que es transformada en otras formas útiles para las actividades humanas.


# Capacidad En 2009, este tipo de energía generó alrededor del 2% del consumo de electricidad mundial.


# Proyección Se busca expandirla en Ammérica Latina y África.


# Ventajas Esta energía es renovable, de fuente continua e inagotable, es limpia, no genera gases tóxicos ni lluvia ácida y es sustentable, pero es ruidosa y cara.




El primer mapa eólico del país ya está disponible
La energía eólica, generada por el viento a través de turbinas, adquirió un papel relevante en el contexto mundial durante la última década.

En Bolivia no existía información y datos de su potencial, lo que limitaba el desarrollo de iniciativas para su uso.

El 2008, la empresa Transportadora de Energía (TDE) elaboró para el Viceministerio de Electricidad y Energía Alternativa el primer mapa eólico de Bolivia.

Para ello utilizó la información acumulada en más de diez años en las 201 estaciones del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi).

Un equipo de especialistas de TDE trabajó durante ocho meses con los datos de esas estaciones, integrando unos 21.000 registros representativos de cada estación a una estructura sistematizada que permitió preparar el primer mapa eólico del país, según explicaron en esa empresa.

El mapa destaca dos zonas con registros de presencia de viento: al oriente del departamento de Santa Cruz y al occidente de la Paz, Oruro y Potosí. Estas cuatro regiones tienen alto potencial para generar esa energía.

Para el ingeniero Ramiro Peralta, director del Instituto de Investigación Mecánicas de la UMSA, el mapa eólico toma en cuenta sitios que tienen una intensidad de vientos de 1,9 metros por segundo para considerarlos como potenciales para desarrollar energía.

El problema está, dice, en que para que un molino de viento funcione requiere como mínimo una velocidad de 23 metros por segundo, por tanto el altiplano estaría descartado como generador de esa energía, ya que su promedio no pasa de los ocho metros por segundo.

Además, considera que los datos de 201 estaciones son todavía insuficientes para representar toda la información de Bolivia, sobre todo por la topografía que presenta el país se requiere de más puntos de toma de datos.

Un recurso complementario

El mapa muestra que el viento es un recurso natural más con el que cuenta Bolivia y que ahora puede convertir en energía con grandes beneficios y ventajas.

Se la prefiere porque es energía limpia e inagotable. Sin embargo, su mayor desventaja es que depende del viento y las máquinas son grandes y caras.

También los altos decibeles que libera en su operación mecánica pueden afectar a la flora y fauna en el lugar de la instalación de los gigantescos molinos.

Si bien su uso no tiene limitaciones, sólo es un complemento de otras fuentes de energía.

En Bolivia puede solucionar el problema de pueblos del oriente que dependen del diésel para hacer funcionar pequeños generadores eléctricos.

El Viceministerio de Electricidad y Energías Alternativas trabaja en dos proyectos en esta materia, para lo cual busca recursos.

Planifica instalar plantas eólicas en las poblaciones de Viru Viru (Santa Cruz) y Patacamaya (a 101 kilómetros de La Paz).


CAF financia proyectos de energía limpia
La Corporación Andina de Fomento lanzó una convocatoria para financiar proyectos que usen tecnologías comprobadas para generación de energía con inversiones de hasta 30 millones de dólares.

A través de su Programa Especial de Financiamiento para Proyectos de Energía Limpia (PROPEL), creado para contribuir a la mitigación de los efectos del cambio climático, los proyectos son evaluados en diferentes fases.

El director corporativo de los Sectores Productivo y Financiero de CAF, Carlos Sanz, explicó a Página Siete que el financiamiento es para proyectos de pequeña y mediana escala que generen energías limpias y alternativas como la solar, eólica y geotérmica.

El crédito, al que pueden acceder entidades públicas y privadas, es hasta 15 años plazo y pueden ser elegibles proyectos nuevos, expansiones o rehabilitaciones de instalaciones existentes.

“Aquí tienen cabida todas las energías que se consideren limpias”, dice Sainz, quien resalta que se busca también la eficiencia energética en Latinoamérica.

Desde su lanzamiento, ya fueron aprobados dos proyectos, algunos ya pasaron a una primera fase de evaluación y otros están en una fase preliminar de análisis.

Uno de los proyectos prevé construir una minicentral eléctrica y otro instalar un ingenio para aprovechar la caña de azúcar y convertirla en biomasa.

Sainz destaca la facilidad para acceder a las principales condiciones del programa y enviar directamente la información de sus proyectos en línea.

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