domingo, 2 de octubre de 2011

Crisis Energética, lo que hay que saber

Los apagones que se dieron este año hacen pensar si realmente existe dificultad para responder a una demanda creciente de energía eléctrica. Encontrar modelos sostenibles es el gran reto



Texto: Mónica Oblitas/ revista ¡OH! para EXTRA Fotos: Álvaro Gumucio Li

Con los apagones repentinos y los racionamientos controlados, dentro de la población boliviana las palabras ‘crisis energética’ se han hecho, paradójicamente, muy visibles. Entre rumores e incertidumbre, muchos se preguntan si realmente el país está atravesando, o va a hacerlo, por una crisis de energía que pueda debilitar tanto la industria como los bolsillos ciudadanos.


Pero, ¿qué es una crisis energética? El ingeniero Miguel Ángel Aramayo, presidente del Comité Boliviano de la Comisión de Integración Energética Regional (CIER), ingeniero electricista y administrador de empresas, con casi cuatro décadas trabajando en el sector, explica que es la ruptura del equilibrio entre la producción y el consumo, que obliga a reducir el consumo o racionar y tomar decisiones para aumentar la capacidad, y que en la actualidad, la crisis es circunstancial dado que se debe a un crecimiento relevante del consumo en domicilios, comercio, industria y los servicios, con tasas que requerirían duplicar la capacidad de generación hasta 2021. Sin embargo, Aramayo dice que la instalación de nueva generación no ha acompañado ese crecimiento, lo que ha llevado a un equilibrio precario de oferta y demanda.
El programa encomendado a ENDE para instalar centrales térmicas, nuevas unidades planteadas por otras empresas y el uso más eficiente deberían superarla este año. Sin embargo, la paradoja de estar en este equilibrio precario en Bolivia y al mismo tiempo hablar de tener abundantes recursos energéticos, es el núcleo de un problema arrastrado por décadas: encontrar un modelo o fórmulas efectivas que logren el aprovechamiento sostenible de esos recursos y superar los factores que lo han restringido, compatibles con la realidad del país, el contexto local, regional y mundial del sector energético.


De acuerdo con Aramayo, “los factores que hagan viables y sostenibles los proyectos para reducir esa falta de energía son necesarios en una visión a largo plazo para situarlos en un contexto y mercado regionales, no solamente local, además de modalidades eficientes yefectivas de financiar y ejecutar a costo mínimo reflejados en los precios y tarifas, modo de aprovechar las sinergias de lo público y privado, adecuada gestión medioambiental y social, el respaldo y participación de organizaciones regionales y locales, la seriedad de los actores involucrados en los compromisos, la regulación adoptada y la capacidad humana de las empresas responsables de ejecutarlos.”

NUESTRAS FUENTES
Más allá de las circunstancias actuales, Aramayo asegura que las empresas eléctricas ofrecen uno de los mejores servicios públicos y de atención al ciudadano en el país. En el último Foro de Bocier se destacaron las decisiones de autoridades de Gobierno de impulsar la generación hidroeléctrica y con recursos renovables, implantar un plan de desarrollo con proyectos de generación y transmisión, fortalecer el rol del Estado en la regulación y la administración del sistema interconectado por encima de las empresas.


En Bolivia, las fuentes principales de energía son los hidrocarburos, el agua y la biomasa (leña), que es la usada en el campo y comunidades rurales. “Nuestra alacena de recursos energéticos está llena, incluyendo la energía eólica, solar y geotérmica. El gran desafío son las hidroeléctricas y llevar las tecnologías renovables masivamente al área rural. Las centrales térmicas son las soluciones fáciles de una visión de corto plazo. Recordemos que de la amplia carpeta de estudios y proyectos hidroeléctricos importantes, entre 1962 y 2011 solo lograron construirse Corani y Santa Isabel (1962- 1973) con ENDE, Taquesi de Hidroeléctrica Boliviana en 1998 y ampliaciones en Zongo y el Yura. La sustitución de fuentes no renovables y formas de consumo poco eficientes incluye reducir el gas en la generación eléctrica y sustituir los combustibles para el transporte público por transporte masivo con tracción eléctrica, utilizando la infraestructura ferroviaria hoy abandonada, calentar agua con energía solar en lugar de electricidad o gas entre otros.”


Una de las fuentes de energía que empieza a consolidarse en algunos países es la eólica. Al respecto, Aramayo explica que en 2007 se elaboró el primer mapa eólico de Bolivia y en 2009 con el apoyo de TDE y el IFC se elaboró el atlas eólico con última tecnología de simulación e información estadística y geográfica satelital. “Hoy conocemos el potencial energético del viento en todo el territorio en cuadrículas de 2 x 2 km, es decir el equivalente a tener 274.000 estaciones. La base de datos fue entregada al Ministerio de Hidrocarburos y Energía y todo ciudadano o empresa puede acceder. El mayor potencial está en Santa Cruz, Lipez y una franja occidente-oriente. Se abrió la puerta para aprovechar en viento en escala comercial y principalmente extender su uso masivo en las áreas rurales con la tecnología reciente y con costos que bajaron como lo demuestran las subastas realizadas en Brasil y Perú. En el altiplano es posible pese a que la densidad menor del aire reduce la potencia utilizable. La energía solar y eólica son las más libres de acceder. Un generador eólico de 3 KW en las zonas rurales ahorraría 4.833 litros de diésel al año, es decir, Bs 17.980 con precios en un surtidor de la ciudad y sin considerar el costo del transporte.”

EXPANDIR Y CONTROLAR
El contexto regional es muy importante para Bolivia porque el país forma parte de una región con 400 millones de habitantes: un mercado de 125.000 MW instalados que requiere duplicarse hasta 2026. “Estamos en un proceso de integración irreversible en todo orden, que avanzó lento porque el desarrollo del continente se concentró en su periferie costera, pero hoy expande su población e infraestructura hacia su interior. Las centrales de Brasil en el río Madera, la proximidad y complementación con los sistemas de Argentina, Chile y Perú abren claras oportunidades. La situación en los países es heterogénea y nos aporta experiencias de aciertos y desaciertos, de cómo se gestiona la abundancia o escasez de recursos energéticos, de adoptar diversos modelos y políticas de desarrollo. Prevalece por el momento, la tendencia a la autosuficiencia energética y no depender de los países vecinos, efecto del incumplimiento de compromisos entre algunos países, junto a un impulso decidido al aprovechamiento de fuentes renovables y un creciente protagonismo del gas natural.”
El ingeniero Aramayo no teme a que el consumo de energía siga creciendo, pero alerta que son necesarias medidas para un uso eficiente y disciplinado no solo de la electricidad sino de todas las formas de energía. “Me parece esencial estudiar los usos y el valor de la energía y la electricidad frente a otros bienes y servicios. Resulta paradójico que las subvenciones y tarifas bajas se apliquen a quienes disponen de electricidad desde la red del SIN, en tanto que las poblaciones rurales que no la tienen pagan la energía más cara, porque la obtienen por ejemplo de pilas para linternas, equipos de sonido y comunicaciones, de las velas, leña o generación con diésel.”

Arturo Iporre Salguero

“Se abastece la demanda”
Quisiera presentar un panorama general de la industria eléctrica boliviana. El marco institucional básicamente está compuesto por un normador que es el Ministerio de Hidrocarburos y Energía, un regulador que es la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Electricidad, un operador y administrador del Sistema Interconectado Nacional y las diferentes empresas que actúan vendiendo, transportando y comprando energía eléctrica a nivel del Mercado Eléctrico Mayorista. En total son 26 empresas eléctricas: Generadoras (11 empresas), Transmisoras (4 empresas), Distribuidoras (7 empresas) y Consumidores No Regulados (4 Industrias mayores).
A partir de mayo de 2009, luego de la nacionalización la Empresa Nacional de Electricidad ENDE a través de sus subsidiarias participa con cerca del 60% de la oferta de capacidad instalada de generación, como transmisor participa con la línea Caranavi – Trinidad y como Distribuidora con Elfec, Trinidad, Yucumo, San Borja y Moxos.
El Mercado Eléctrico Mayorista Boliviano está en funcionamiento desde mayo de 1996 cuando se conformó con la participación de 4 Generadoras, 1 transmisor y 6 Distribuidoras. La oferta de capacidad entonces fue de 687 MW con una producción total de 2,889 GWh. La demanda máxima de potencia alcanzó a 544 MW.
Al año 2011, la oferta total de capacidad de generación alcanza a 1,267 MW, es decir que en un periodo de 15 años se ha registrado un incremento del 84%. Sin embargo, la producción de energía eléctrica prevista para este 2011 alcanzará un valor de 6,369 GWh, que representa un incremento del 120% con relación a 1996. La demanda máxima de potencia estimada para 2011 es de 1,089 MW, que representa un incremento del 99% con relación a 1996.
De manera similar, la reserva total del SIN a partir de valores del orden del 25% se ha ido reduciendo hasta alcanzar cifras menores al óptimo del 10%.
El monto total de las transacciones comerciales por venta, compra y transporte de energía eléctrica entre las empresas del sector eléctrico en la última gestión 2010 alcanzó un valor de $us 245 millones. La situación actual en el sector eléctrico demanda la necesidad urgente de incorporar capacidad de generación adicional (nuevas inversiones). Esta situación es el resultado de diversos factores asociados al cumplimiento de la normativa actual, la falta de acción oportuna de las empresas del sector y las señales de precios que se han mostrado a los inversionistas. El Gobierno nacional ha establecido como cabeza del sector eléctrico al Ministerio de Hidrocarburos y Energía, a su vez define a la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Electricidad como el Regulador con la función de equilibrar los intereses del Estado, de las Empresas Eléctricas y de los Consumidores. Dispone al Comité Nacional de Despacho de Carga (CNDC), responsable de la coordinación de la operación y de la administración del Sistema Interconectado Nacional y, finalmente como brazo operativo, destaca la participación del Estado en el sector a través de la refundación de la Empresa Nacional de Electricidad. Adicionalmente dispone que ENDE participe en toda la cadena productiva de la industria. Finalmente, en mayo de 2010 dispone la nacionalización de las empresas de Valle Hermoso, Corani y Guaracachi de manera tal que cerca del 60% de la oferta de generación se encuentra en manos de ENDE Corporación. El balance de potencia para el periodo septiembre 2011 – Agosto 2013 muestra que la oferta mensual de potencia considerando la temperatura máxima probable y los mantenimientos previstos permitirá abastecer la demanda con márgenes de reserva próximos a los requeridos a partir de enero de 2012.
*Arturo Iporre Salguero es presidente del Comité Nacional de Despacho de Carga, secretario ejecutivo de Bocier, ingeniero electroenergético, master en administración de empresas y tiene una experiencia de 24 años en el sector.

LA LUZ NUESTRA

El consumo promedio de electricidad en Bolivia es de 600 kWh/hab, lo que registraba Sudamérica hace 20 años, pero se consume 360 millones de litros de cerveza al año, 36 litros/hab.

Generar y transportar electricidad en el interconectado cuesta 30 cts de Bs por 1.000 Wh, es decir 0,0003 Bs / Wh, en tanto que un campesino para oír en su equipo de sonido paga 3,5 Bs por 3 Wh. que es la energía que tiene una pila.

El precio de una pila es de 3,5 Bs y produce 3 Wh. Son altamente dañinas y contaminantes cuando se las desecha inadecuadamente.

Un generador eólico de 3 KW en las zonas rurales ahorraría 4.833 litros de diésel al año, es decir, Bs 17.980 con precios en un surtidor y sin el costo del transporte.

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