lunes, 19 de marzo de 2012

Extremo . Jugando con descargas eléctricas

Las descargas eléctricas de hasta 300.000 voltios son el ingrediente principal del Ultimate Tazer Ball, un nuevo deporte extremo, mezcla de fútbol y rugby, que cerró a principios de mes su gira de presentación en Bangkok con la disputa de un encuentro.
Ocho jugadores en un campo de 30 metros de largo, dos porterías de fútbol sala y un balón de 60 centímetros, es todo lo que requiere este juego que pasaría desapercibido si no fuera porque cada uno de los participantes posee un Tazer o pistola de corriente eléctrica con la que defiende su portería de los ataques del rival.
"La peor parte del juego es saber que te van a dar una descarga. El Tazer suena terrible’, afirmó Brian Weltz, jugador de UTB por el equipo de Los Ángeles Nightlight.
El UTB es definido por sus creadores, tres empresarios estadounidenses con negocios en otros deportes extremos, como el ‘deporte del futuro’.


"Queríamos crear un deporte de contacto total unido al riesgo de recibir descargas eléctricas que fuera divertido de ver y jugar. Los jugadores saben donde se meten, conocen que hay elementos peligrosos durante el juego, pero esto hace más emocionante el partido", explica Eric Prumm, uno de los creadores del juego.
A la conclusión del encuentro, que consta de tres periodos de siete minutos cada uno, los jugadores terminan exhaustos por el desgaste físico y con sangrantes quemaduras producidas por las descargas eléctricas.

"Hay que ser duro, pero también tener un lado estúpido para jugar este deporte" reconoce Thomas Taylor, capitán del equipo californiano.
Este apunta que la parte más complicada de este juego no es resistir los golpes o sentirse perseguido, sino ‘controlar la adrenalina’.

"Tienes que tener una gran capacidad mental para evitar que tu cuerpo sucumba a la adrenalina", dice Taylor en el banquillo apoyado en un cubo de basura que utilizan para vomitar.
El atronador zumbido de los Tazer es una constante durante la competición, de una velocidad frenética y cargada de luces de neón y colores llamativos.

"La primera vez que me dieron una descarga iba corriendo. Sentí un calambre en mi pierna, que dejó de responder, y caí al suelo de golpe. No sabía qué me había pasado", confiesa Jerry Desvarieaux, jugador de la franquicia Philadelphia Killawatts.

"Me encantan todos los deportes extremos. En el momento que vi la UTB sabía que sería divertido jugar por la cantidad de adrenalina y emoción que desprende cuando se ve, y más cuando se juega", afirma Damian Ryan, que antes de pasarse a este deporte era jugador profesional de paintball.
"Sabes que vas a recibir descargas, pero solo puedes seguir hacia adelante", dice Ryan.

La próxima parada de esta gira internacional tendrá lugar en Los Ángeles el próximo mes de abril, mientras se negocia otra cita en una ciudad de México.
"Estamos centrados en encontrar lugares donde exhibir este nuevo deporte, buscar un patrocinador o una televisión. Creemos que la gente está interesada en el UTB, por ello tenemos que explorar todas las opciones y mostrar que vamos en serio con ello", indica Prumm.
Hasta el momento existe una pequeña competición con cuatro franquicias registradas -Los Ángeles Nightlight, Philadelphia Killawatts, Toronto Terror y San Diego Spartans- aunque los creadores del juego aseguran haber recibido varias propuestas para crear nuevos equipos.

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