lunes, 14 de enero de 2013

Efectos de la nacionalización de empresas eléctricas

Los efectos de la nacionalización de las cuatro empresas en manos de la española Iberdrola podemos agruparlos en internos y externos. Los efectos internos ocurrirán inexorablemente y se los irá sintiendo a lo largo del tiempo. Sería muy bueno que alguien se tome el trabajo de explicarle al presidente Evo Morales algunas cosas elementales que han sido probadas en la economía de los países. El Estado en el manejo macroeconómico no siempre es un fracaso y a veces inclusive es aceptable. En lo que sí indefectiblemente fracasa es en el manejo microeconómico.

El ejemplo más clásico en nuestro país es el fracaso de YPFB en su política de venta de carburantes al detalle. Esa actividad no solo fue un nido nauseabundo de corrupción, sino que también era de una ineficiencia escandalosa.

YPFB misma reconoció su fracaso y volvió a la actividad privada, pero siguió la corrupción. Esa actividad proliferó de forma limpia y moderna solo cuando fue confiada al sistema regulatorio independiente de YPFB. Así contamos con las más de 400 estaciones de servicio con estándares modernos que funcionan las 24 horas del día, los 365 días al año. Hechos imposibles de conseguir con el Estado manejando esa actividad.

Algo similar sucederá con la distribución eléctrica en La Paz y en Oruro, además de la corrupción que políticamente se va a insertar en el sistema de distribución. Es envidiable que en Santa Cruz exista la CRE, que ojalá logre aguantar un embate futuro del Gobierno, porque habiéndose agotado el tema de la Embajada americana y a punto de terminarse el tema de la salida al mar, las nacionalizaciones le dan el fervor político que este Gobierno necesita para sobrevivir.

Las repercusiones externas dependen de cómo se maneja el Gobierno con Iberdrola. Hasta la fecha no ha llegado a un arreglo satisfactorio de compensación por la nacionalización de la transportadora de electricidad. Si pretende mantener una postura política similar con las distribuidoras nacionalizadas, puede sufrir serios tropiezos. Los españoles pueden ponerse de muy mal humor y en ese caso son gente muy difícil y llena de recursos. En Argentina, por lo de YPF-Repsol, España le hace la vida imposible a la estatal petrolera argentina que hace nueve meses está desesperadamente buscando inversores para explotar sus reservas de gas

No hay comentarios:

Publicar un comentario