domingo, 23 de junio de 2013

Se retomó con fuerza la planificación de largo plazo en el sector eléctrico

Nivalde de Castro. Es profesor del Instituto de Economía de la Universidad Federal de Río de Janeiro y opina que la tendencia en los modelos estatales del sector eléctrico, en ciertos países de América Latina, entre ellos Bolivia, es la recuperación de las reformas de la época neoliberal y la búsqueda de un impacto positivo para el desarrollo económico y social. Sin embargo, contar con energía barata pone en el debate invertir en centrales hidroeléctricas o termoeléctricas.



— ¿Cuál el objetivo de investigar el estado del sector eléctrico en América Latina?

— Es una investigación académica de nuestro grupo (Grupo de Investigación del Sector Eléctrico-Gesel ) ubicado en el Instituto de Economía de la Universidad Federal de Río de Janeiro. El objetivo es hacer un análisis comparativo de los modelos de energía eléctrica de algunos países de América Latina, entre ellos México, Colombia, Chile, Honduras, Costa Rica, Brasil y Bolivia.

— ¿De qué hipótesis parten?

— La pregunta es saber si el sector eléctrico está o no contribuyendo al desarrollo económico social de estos países. Sin energía eléctrica no se hace nada.

— ¿Qué hallaron hasta hoy?

— Bolivia es el último país que visitamos y vemos que está en proceso de transformación muy importante. Antes (del gobierno del MAS) no había inversiones para ampliar la capacidad instalada y todas las que existían sólo se aprovechaban del precio administrado del gas natural, que era muy bajo.

Ahora, la política eléctrica está ampliando la capacidad instalada, ha fortalecido el papel de ENDE (Empresa Nacional de Electricidad) y está garantizando la expansión del sector eléctrico. Hasta el momento, las inversiones vienen del Banco Central de Bolivia porque —es una opinión— está en una fase de transición, recuperando un poco el tiempo perdido del modelo neoliberal. Se están construyendo nuevas usinas termoeléctricas y hay estudios muy consistentes de instalación de plantas hidroeléctricas como los casos de Rositas y Cachuela Esperanza. Este sector necesita de un horizonte de investigación de largo plazo porque las inversiones son grandes y la construcción no es rápida, particularmente la hidroeléctrica. Consideramos que Bolivia tiene un potencial hidroeléctrico muy grande, pero aprovecha muy poco.

— ¿Esta falta tiene que ver con falta de estudios, inversión, normas de medio ambiente?

— ¿Qué es lo mejor para el medio ambiente: construir una hidroeléctrica con mucha atención a los impactos ambientales o termoeléctricas que aumentan el crecimiento de los problemas (del cambio climático)? Brasil es un ejemplo de que se pueden construir centrales hidroeléctricas respetando la cuestión ambiental. Nos parece que una planificación de largo plazo, para el sector eléctrico, vuelve con fuerza en Bolivia con la Agenda Patriótica.

— ¿Esta tendencia de mirar más a la hidroelectricidad es común en América Latina?

— Curiosamente todos esos países pasaron por una reforma neoliberal. En los 80 empezó en Chile y en los 90 prácticamente en todos los países. Algunas reformas neoliberales han sido muy radicales otras no tanto. Pero en todas ellas sólo se invirtieron en termoeléctricas. El problema es ambiental y muy grave, luego ya no vemos las nieves de las montañas. La termoeléctrica es más cara y la energía es más cara, contamina y no aporta al desarrollo. En el caso de Bolivia el Gobierno tiene que vender gas natural a un precio muy bajo al mercado interno cuando podría estar exportando por un mayor valor. Hoy exporta gas a Brasil a unos nueve dólares el millón de metros cúbicos y para el sector eléctrico (nacional) es de tres dólares. Hace eso porque si pone al precio de mercado la energía queda muy cara. Por eso se está mirando con mucha atención la Agenda Patriótica que quiere ampliar las centrales hidroeléctricas en la matriz energética e inclusive ser exportador de hidroelectricidad para otros países. Particularmente porque (el agua) es renovable, el gas se acabará.

— ¿Qué similitudes hay en los modelos de estos países?

— Casi todos tienen una gran empresa estatal y planificación a largo plazo, como Eletrobras. Una empresa privada no lo va a hacer, tiene que ser el gobierno. Se tiene que planificar el futuro. Bolivia es muy privilegiada porque tiene un potencial muy grande: 40.000 megawats y no tiene ni mil megawats de capacidad instalada. No es un análisis ideológico es técnico, de la economía y la energía.

— ¿Se recupera lo que se tenía?

— Sí. Ahora las autoridades del sector eléctrico deben analizar y contar con la colaboración de inversiones no estatales y privadas dentro de un marco regulatorio contractual muy seguro.

— ¿Dónde entran los privados?

— Entra como inversor haciendo contratos para la construcción de las hidroeléctricas y de las líneas de transmisión. Lo más importante es que el poder de decisión se queda en manos del Estado a través de una empresa fuerte. En la región hay muchas experiencias. (Brasil es un ejemplo). Donde no hay esto es en Chile y está en una crisis energética muy grande, con el costo de energía más caro de América Latina, no hay una empresa estatal que asuma la orientación del Estado. En Argentina hay una crisis endémica. En esta lógica de planificación, los países latinoamericanos tienen que mirar qué van a hacer en los próximos 30 o 50 años.

— ¿Las empresas estatales de América Latina deberían sentarse a planificar ese futuro?

— Sí, pero la primera etapa es fortalecer la planificación interna que está en curso.

Perfil

Nombre: Nivalde de Castro

Profesión: Ingeniero Civil

Cargo: Profesor del Instituto de Economía de la UFRJ

Experto en temas del sector eléctrico

Es profesor del Instituto de Economía de la Universidad Federal de Río de Janeiro-UFRJ desde 1975. Imparte cursos de pregrado y posgrado en la industria de la energía. También coordina el Grupo de Investigación del Sector Eléctrico-Gesel sobre proyectos y documentos de subastas, regulación, financiamiento y financiamiento empresarial de esta industria; también sobre el Gobierno Corporativo del Sector Público. Es autor de innumerables artículos sobre el sector, publicados en revistas y sitios web especializados. La serie de libros Empresas das do Setor Elétrico se publica anualmente desde 1998 con apoyo de Eletrobras (empresa estatal de energía de Brasil). Ahora está realizando una investigación de los modelos del sector eléctrico en varios países de América Latina para ver su impacto en el desarrollo económico y social. Entre ellos se investiga el sector eléctrico en México, Honduras, Costa Rica, Brasil y Bolivia.

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