martes, 2 de julio de 2013

El potencial de energía limpia es mucho mayor a la demanda prevista

En América Latina y el Caribe se prevé que la economía crecerá alrededor de un 3 por ciento anual en el futuro. Esto requerirá que la región doble su capacidad de potencia de energía instalada hasta aproximadamente 600 gigavatios (GW) en 2030 (actualmente es de 250 GW).

Esto representa un desafío para el modelo energético de la región, pero también una oportunidad de redefinir y transformar el sector.

La apuesta es por las energías renovables y los bajos costos y nuevas tecnologías hacen que recursos de energía solar y eólica, entre otros, puedan competir con los hidrocarburos en la generación eléctrica.

Un reciente estudio encomendado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) indica que la dotación de recursos de energía renovable de América Latina y el Caribe es suficiente para cubrir más de 22 veces la demanda eléctrica proyectada para el 2050.

El estudio “Repensando nuestro futuro energético” sostiene que los decrecientes costos y las nuevas tecnologías hacen de los recursos renovables una alternativa viable. Los recursos solares, geotérmicos, mareomotrices, eólicos, y la biomasa disponibles en esta región podrían producir hasta 80 petavatios-hora de electricidad.

Un petavatio-hora equivale a 1 billón de kilovatios-hora, casi tres veces el consumo anual de México. En la actualidad, la región genera 1,3 petavatios-hora de electricidad. Para el 2050, se espera que la demanda regional crezca a entre 2,5 a 3,5 petavatios-hora, señala el documento.

Aclarando mitos

El reporte del BID despeja una serie de mitos sobre la energía renovable, haciendo énfasis en que muchas de estas nuevas tecnologías alternativas ya tienen precios competitivos con las tecnologías convencionales, ofrecen buenas oportunidades de inversión y deberían ser tomadas en consideración por los formuladores de políticas interesados en diversificar las matrices energéticas de sus países, reducir su vulnerabilidad a las fluctuaciones de precios de combustibles fósiles y disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero.

El estudio fue presentado el 18 de junio pasado en Bogotá, Colombia, durante el Foro Global de Crecimiento Verde de América Latina y el Caribe (3GF LAC, por sus siglas en inglés).

“Con este estudio buscamos promover acciones concretas y asociaciones público-privadas, identificando la magnitud de los recursos renovables”, señaló Walter Vergara, jefe de la división de Cambio Climático del BID y principal autor del estudio, según un reporte.

Inversiones

En el 2012, las inversiones globales en tecnologías renovables no tradicionales (solar, eólica, geotérmica, mareomotriz, hidroeléctrica de pequeña escala y bioenergía de avanzada) y la hidroeléctrica tradicional ascendieron a 244.000 millones de dólares, de los cuales América Latina representó un modesto 5,4 por ciento.

Si bien estas inversiones en energías renovables hasta ahora han sido modestas, el estudio del BID apunta que se están acelerando en la región.

La energía eólica ha sido el recurso renovable de más rápido crecimiento, de acuerdo con los hallazgos de la investigación.



¿Y EN BOLIVIA CÓMO ESTAMOS?

Poco incentivo

Según el informe Climascopio 2012 del BID, Bolivia avanzó muy poco o nada en inversión, políticas o despliegue de energía limpia de 2006 a 2011, excepto las actividades de electrificación rural.

Gran capacidad

El informe indica que Bolivia tiene un gran potencial de crecimiento de las energías verdes, como lo demuestra el hecho de que sólo tres cuartas partes de los ciudadanos tienen acceso a la red eléctrica nacional.

Primeros esfuerzos

La empresa estatal Corani firmó, en marzo pasado, el contrato de construcción de la planta piloto de generación de energía eólica con la compañía Hidrochina.

La planta estará ubicada en Qollpana, municipio de Pocona.

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