domingo, 2 de febrero de 2014

Megaproyectos hidroeléctricos se encuentran postergados

Importantes proyectos hidroeléctricos (represas) se encuentran postergados y su conclusión permitiría cambiar la matriz energética, usar energía limpia, evitar disminuir las reservas de gas, hacer más competitivo el mercado eléctrico y favorecer la economía del país, explicó el especialista en recursos hídricos y riego, Gonzalo Maldonado, actual presidente de la Asociación de Ingenieros Eméritos de Cochabamba.

“En la actualidad estos proyectos deben ser sostenibles, respetar las normas ambientales, los impactos ambientales deben ser estudiados y tomar previsiones de presupuesto para la mitigación, además el tema social porque puede afectar a comunidades”, explicó a EL DIARIO.

Recordó que los proyectos El Angosto del Bala y Cachuela Esperanza estudiados por la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE) y otras instituciones siguen postergados por la magnitud de la inversión y los problemas ambientales-sociales.

El proyecto Cachuela Esperanza consiste en la construcción de una represa de 1.450 metros de longitud por 35 metros de alto sobre el río Beni, que inundará (embalse) 286 kilómetros cuadrados; para generar 990 megavatios (MW) de potencia; y un vertedero con 15 compuertas planas.

Por su parte, el proyecto Angosto del Bala estaría ubicado entre las provincias Franz Tamayo de La Paz y José Ballivián del Beni, en la Serranía de Mamuque y Pilón Lajas y generaría energía eléctrica barata por más de 1 millón y medio de kilowatts y con el represamiento del agua se regaría 1 millón de hectáreas de terreno, aproximadamente.

“Otro caso es el proyecto Rositas, estudiado los años 80, proyecto muy costoso, con grandes problemas de sedimentos que arrastra el río Grande desde Cochabamba, se pensaba en Múltiple (agua potable, riego y energía). Por tanto, requiere se revise el estudio de Factibilidad para tomar decisiones. Se estima puede generar más de 400 MW2”, explicó Maldonado.

Otros ejemplo es la represa San José, con 125 MW, que ENDE estudió desde los años 80, “hay dificultades de ingeniería, son varios consultores que han revisado, quizá el 2014 se lance la licitación, con un costo de 240 millones de dólares”, acotó.

Entre otros proyectos similares se encuentra Ivirizu, en la zona de Montepunku (Cochabamba), por la cantidad de agua y las facilidades de construcción se debe continuar con los estudios que realizó ENDE en los años 90, se estima puede generar alrededor de 150 MW, su costo podría estar alrededor de 180 millones de dólares.

CAUSAS DE LA POSTERGACIÓN

El especialista recuerda que las causas más probables de la postergación de estos proyectos son la falta de estudios con mayor información básica, datos hidrológicos, altos costos de inversión, diseños de ingeniería con deficiencias o insuficientes, como en el caso del proyecto Múltiple Misicuni, el alto costo ambiental, impactos sobre las poblaciones.

Sin embargo dijo que los beneficios a mediano y largo plazo serían: ingresos económicos altos, exportación de energía eléctrica, y permitiría programar el riego de extensas áreas, además de regular los caudales de importantes afluentes.

“La construcción de represas permite almacenar agua en la época lluviosa y optimizar el recurso hídrico, para fines de dotar de agua potable, regar y generar energía, pero además permite regular el caudal del rio y evitar desastres naturales, sin embargo en Bolivia aún no se han construido represas para control de inundaciones”, añadió.

PRESAS INSERVIBLES

En diferentes puntos del territorio nacional, las antiguas prefecturas (gobiernos departamentales) e instancias del Gobierno central ejecutaron una serie de presas que actualmente no funcionan, debido a una mala planificación.

“Fue por insuficiente información básica, principalmente datos de precipitación y caudal en los ríos; geología y geotecnia, hay estudios que no tienen mucha consistencia, como consecuencia, los embalses no han logrado almacenar la cantidad de agua prevista en los estudios, por ejemplo en Punata y Tarata (Laka Laka)”, acotó.

MANEJO INTEGRAL

Añadió que la planificación depende de la calidad de la información, y ésta aun adolece de grandes problemas, “aún falta diseñar una política de manejo integral del recurso hídrico, hay insuficiencia de datos hidrometereológicos, la construcción de obras hidráulicas se realizan con poca o ninguna información, solo basados es estimaciones o de carácter comparativo, hace 40 años se realizaban los estudios con poca información, hoy no ha cambiado mucho”, explicó.

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