domingo, 8 de noviembre de 2015

Países dejan la energía nuclear pero ésta lucha por mantenerse

"La energía nuclear no produce prácticamente ninguna emisión de gases de efecto invernadero o contaminantes y sólo emisiones muy bajas durante todo su ciclo vital”, asegura un informe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).

Ese documento será debatido en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se celebrará en París, Francia, del 30 de noviembre al 11 de diciembre. Empero, según algunos expertos y activistas, la relación de amor y odio entre la energía renovable y la nuclear está por ver sus últimos días, pues desde hace varios años muchos países están apostando por fuentes más seguras y amigables con la naturaleza.
Electricidad no, salud sí
En el informe del OIEA se recuerda que la comunidad internacional acordó en 2009 trabajar para mantener debajo de dos grados centígrados el aumento de la temperatura del planeta. Para llegar a esa meta, la producción de energía nuclear tendría que duplicarse, hasta los 862 gigavatios en los próximos 20 años, dice el OIEA.
En nuestra región uno de los países más avanzados en energía nuclear es Argentina; cuenta con tres reactores para generación de electricidad y cerca de 300 centros de medicina nuclear, la mayoría privados y algunos públicos que dan servicio gratuito a personas con bajos recursos.
Expertos de esa nación, que visitaron Bolivia hace dos semanas, aseveraron que "no existe el riesgo nulo” en energía nuclear. Empero, el índice de inseguridad es "del orden de la industria aeroespacial, es decir, un accidente por cada millón de eventos que puedan suceder”, según el experto de la Comisión de Energía Atómica de Argentina, Juan Carlos Furnari.
A nivel mundial, el uso de la energía nuclear con fines de generación de electricidad va perdiendo su sitial desde hace años. Suecia fue el primero en sorprender al mundo con este planteamiento en 1980, Bélgica en 1999 y Alemania en 2000. Recientemente China, Alemania, Japón, Brasil, India y España han reducido mucho el uso de energía nuclear y dieron un giro hacia fuentes alternas como la eólica y la solar.

El OIEA indica que en 2014 la energía eólica creció 2,2%, la solar 38% y la eólica 10%. Alemania es la más comprometida con ese cambio mediante el Energiewende, un plan de reconversión aprobado hace cuatro años, que busca reemplazar la energía nuclear y de origen fósil (gas natural, carbón y petróleo) por energías renovables (eólica, solar y biomasa) para mejorar la protección del medioambiente y aumentar la seguridad energética.
Ese país en años recientes alcanzó un récord mundial de producción en sus centrales de energía solar fotovoltaica (22 gigavatios por hora), equivalente a la producción de 20 centrales nucleares. No por nada el presidente Evo Morales se reunió el martes con el representante del consorcio alemán de electroingeniería Siemens, Joe Kaeser, para ejecutar proyectos de energía eléctrica en el país.
La intención boliviana
El miércoles, en una conferencia en la Universidad Técnica de Berlín, Alemania, Morales ratificó que el Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnología Nuclear que se pretende construir en Bolivia tiene fines netamente pacíficos, ya que contribuirá a la salud.
Con la idea de promover la diversificación de la matriz energética ya en 2010 el Gobierno anunció acuerdos con Irán para contar con tecnología para una planta nuclear en Bolivia. Esas intenciones se concretaron el año pasado, con la información de que se invertirían 2.000 millones de dólares desde 2015 para instalar una central nuclear de uso civil en La Paz.
La idea es ser el centro energético de la región y acceder al tipo de progreso de muchos países occidentales. Sin embargo, la energía nuclear (si bien tiene que ver con lo último en tecnología), según los datos enunciados antes, está siendo paulatina, pero sistemáticamente substituida y abandonada por la tecnología eólica y solar, entre otras.
De momento, los ministros de planificación argentino, Julio de Vido, y de hidrocarburos y energía boliviano, Luis Alberto Sánchez, firmaron un acuerdo marco de integración en temas energéticos, transferencia de tecnología nuclear e hidrocarburos.
De la misma manera, a principios de octubre, Sánchez firmó en Moscú otro acuerdo, con la Corporación Nuclear Estatal Rusa Rosatom, un convenio de cooperación para concretar el proyecto de energía nuclear.

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