miércoles, 20 de julio de 2016

Activistas y opositores celebran que el Gobierno haya retrocedido en tema de energía nuclear

Diversas personalidades relacionadas a la lucha contra la energía nuclear en Bolivia celebraron que el Gobierno haya desistido de construir una planta nuclear, como anunció durante años.
La activista Cecilia Requena, el físico Francesco Zaratti y la diputada opositora Fernanda San Marín calificaron como algo positivo el anuncio del vicepresidente Álvaro García Linera de que no se construirá una planta de energía nuclear.
"Debemos celebrar el hecho de que, según las declaraciones más recientes, esta vez a cargo del Vicepresidente, el gobierno hubiese desistido del despropósito de construir una central nuclear en Bolivia", expresó Requena a ANF.
"Pese a cambios de opinión en el pasado, la presente declaración parece más seria por la referencia clara de García Linera al problema mayor que entraña la energía nuclear y que tiene que ver con los desechos. Es más difícil deshacer ese mensaje si vino de él", agregó.
El 8 de julio, el Vicepresidente señaló que Bolivia no ingresaría a la era de la "energía nuclear de fisión", que es la que se utiliza en el mundo, sino de "fusión", una tecnología que todavía no se aplica.
"El futuro de la humanidad va a ir por el lado de la energía de fusión de átomos (…), utilizando el hidrógeno, el tritio, utilizado el litio, y dónde hay litio, en Bolivia, cerca del 50 por ciento del litio del mundo está en Bolivia en el salar de Uyuni".
Ese día, García Linera admitió que una planta con esa energía será usada en el futuro lejano. "Yo no la veré", señaló. Además, dijo, "el problema con esta forma de usar la energía es que genera residuos, residuos radiactivos que tardan cientos y miles de años en dejar de ser radiactivos".
Sí se instalará en El Alto una planta de medicina y de investigación nuclear, a cargo de la empresa rusa Rosatom, a un costo de 300 millones de dólares, pero ya no se construirá la de energía nuclear, que iba a requerir una inversión de 2.000 millones de dólares según informó el presidente Evo Morales.
Zaratti también celebró la decisión: "(Es positivo) que el Gobierno hubiera entendido lo absurdo de seguir pensando en construir una planta de generación núcleo-eléctrica en Bolivia, también, pero no sólo, por motivos ambientales. En Bolivia, desde hace tres años hemos estado repitiendo que ese proyecto no es necesario, no es útil, ni es posible".
El especialista aseguró que "el segundo sentido de la confesión del Vice es que Bolivia esperará la realización de plantas nucleares con base en la ‘fusión’, para recién construir una central en territorio nacional. Estas son buenas noticias en cuanto se prevé que puede pasar todo este siglo antes de llegar a perfeccionar un reactor comercial de ese tipo".
Para la diputada opositora San Martín, "el retroceso del Gobierno en la construcción de una planta de producción de energía nuclear y de explotación de uranio en el territorio nacional es una gran y feliz noticia para todos los bolivianos".
La legisladora de UD agregó a ANF que "nos alegra mucho que haya escuchado y entendido el gobierno del MAS los graves peligros, que han sido alertados desde la ciudadanía y la oposición, que eso conllevaría. Es una gran victoria para los bolivianos que creemos que el desarrollo y progreso del país es posible sin dañar el medio ambiente y sin poner en peligro la vida y salud de nuestros compatriotas".
En 2010 se dieron los primeros mensajes oficiales sobre la construcción de una planta nuclear en Bolivia.
"El país que tiene el control energético es el país liberado, es el país independiente. La mejor forma de liberarnos también es teniendo una energía nuclear con fines pacíficos", aseveró Morales en 2014.
En varias ocasiones Morales, García Linera y otras autoridades insistieron en la realización de la planta ahora descartada. Incluso, en junio pasado, el Gobierno invitó a periodistas bolivianos a Rusia para conocer sobre este tema.
San Martín hizo notar sin embargo que el acuerdo con Rosatom sigue vigente y que "debería dejárselo sin efecto en lo que compete el tema de energía nuclear" ya que además de estar viciado de nulidad por no haber cumplido con el control previo de constitucionalidad de los tratados, "ahora por decisión del gobierno tampoco será efectivo".
Requena, por su parte, recordó que "no es la primera vez que el gobierno da un golpe de timón de 180 grados en este tema. En 2015, generaron, a mi juicio intencionalmente, confusión ya que en algunas ocasiones hablaban de centro de investigación y otras de una central".
La activista resaltó el hecho de que "decisiones de tamaña envergadura" como apostar por construir una planta de energía nuclear y luego desistir de ella, "se toman y se anulan a partir de mecanismos no trasparentes de decisión. Este cambio de rumbo demuestra no solo arbitrariedad sino improvisación".

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