"Tenemos la obligación nosotros de un poquito subir el costo de la energía eléctrica, porque no todo puede ser subvención, subvención", expresó Morales.
El Jefe de Estado, refirió ayer la regulación de los precios de la electricidad y del gas, que se mantienen con tarifas muy bajas respecto a países de la región. Dijo que no puede ser que todo sea subvención porque desangra la economía del país.
En cuanto al gas natural indicó que en algún momento "hay que empezar a pensar (en subir el precio), un poquito quizás, será un boliviano, dos bolivianos, y eso para cuidar nuestra economía nacional" porque en comparación con países como Argentina, "aquí lo tenemos regalado".
“Cuando compraban por garrafa costaba seguramente 50 hasta 70 bolivianos por garrafa, y ahora 8, 9, 10 bolivianos, (gas domiciliario) y algún momento también hay que empezar a pensar un poquito que suba, será un boliviano, dos bolivianos, y eso para cuidar nuestra economía nacional”, sostuvo.
ÚLTIMO AJUSTE
En el caso de la electricidad las tarifas sufrieron un ajuste general de 0.5 por ciento a mediados de mayo. Adicionalmente, el Ministerio de Energía decidió elevar el kilowatio/ hora en 2.3 hasta 11% a altos consumos de hogares.
El presidente Morales en su alocución recordó que el presidente Mauricio Macri incrementó el costo de electricidad en el país vecino hasta 1.400 por ciento, además de otros servicios básicos.
La economía nacional presenta dificultades, debido a que el modelo económico comunitario productivo ya no se acomoda a la actual coyuntura del país y de la economía internacional, los precios altos de las materias primas (commodities) pasaron así como las bajas tasas interés, y ahora se requiere de ajustes, manifestó.
Ayer se trató de contar sin éxito con la opinión del exministro de Economía, Luis Arce, quien era el más acérrimo defensor del modelo económico ahora cuestionado por el propio presidente Morales.
“GASOLINAZO”
El 26 de diciembre de 2010, el Gobierno decretó un alza de precios de la gasolina, “premium” y diesel oil en un promedio de 71 por ciento, mientras que resolvió congelar las tarifas de servicios básicos, agua y energía eléctrica.
Entonces el presidente en ejercicio, Álvaro García, fue el encargado de hacer el anuncio en una conferencia de prensa en Palacio Quemado.
De acuerdo con el decreto supremo 748, el litro de gasolina subió de 3,74 bolivianos (0,53 dólares) a 6,47 bolivianos (0,92 dólares), lo cual equivalió a un incremento de 73 por ciento.
El litro de gasolina premium pretendía ser ajustado de 4,79 bolivianos (0,68 dólares) a 7,51 bolivianos 1,07 dólares que representaba un incremento de 57 por ciento.
De igual manera, el litro de diesel oil pasó de 3,72 bolivianos (0,53 dólares) a 6,80 bolivianos (0,97 dólares), en un alza de 83 por ciento.
Sin embargo, el descontento social que se registró a nivel nacional, y especialmente en las ciudades de La Paz y El Alto, obligaron al Gobierno a retroceder.
Al presente analistas, como Mauricio Medinaceli, señalaron que el Gobierno había perdido la oportunidad en febrero de 2016 de ajustar los precios de los carburantes y la energía sin provocar el impacto de 2010, cuando el precio del barril de petróleo bajó a 26 dólares.
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