Los desafíos globales del cambio climático generan oportunidades para impulsar el crecimiento del sector de energía limpia en varios países del mundo, en especial luego de los resultados de la XXI Conferencia Internacional sobre Cambio Climático (COP21) de París, que ratificaron el compromiso político global con la mitigación y adaptación a sus efectos.
Pero, según el informe publicado por Diálogo Interamericano y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), Innovación en energía limpia en América Latina, los gobiernos de la región deben triplicar sus inversiones anuales en investigación y desarrollo para poder alcanzar las metas establecidas.
De acuerdo con datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), América Latina es la región que menos invierte en infraestructura en el mundo.
CAF resalta dos puntos claves necesarios para incrementar el aporte de las energías limpias en la matriz energética latinoamericana. Primero, la importancia de fortalecer las inversiones en generación hidroeléctrica, ya que ésta se presenta como la opción más económica, confiable y abundante de la región, capaz de satisfacer las necesidades eléctricas de América Latina varias veces. Y, segundo, la importancia del apoyo multilateral en los proyectos de energías limpias.
En ausencia de regulaciones favorables para priorizar este tipo de inversiones, los organismos multilaterales no sólo son capaces de proveer financiamiento, sino que también pueden mitigar riesgos para la entrada de inversiones privadas, aportando asistencia técnica especializada que agrega valor a las inversiones.
Innovación
"Los desafíos globales del cambio climático han creado oportunidades para impulsar el crecimiento del sector de energía limpia en países alrededor del mundo. Avances tecnológicos en años recientes han permitido reducir los costos de la energía limpia, desde baterías para vehículos eléctricos hasta paneles solares, posibilitando el consumo de nuevas fuentes como biocombustibles y residuos”, destaca el texto Innovación en energía limpia en América Latina.
Ese estudio señala que la investigación y comercialización de energías limpias se ha incrementado de forma rápida durante la última década. La cantidad anual de patentes en tecnología limpia se ha más que triplicado entre los años 2000 y 2014, mientras que la inversión de capital en dicho sector se duplicó durante el mismo periodo en comparación con los cinco años anteriores, con la mayoría de estas inversiones destinadas a la energía.
Empero, más inversiones son necesarias según el estudio de CAF. "Los gobiernos deben triplicar sus inversiones anuales en investigación y desarrollo de energía”, dice. Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), estas inversiones deberían superar los 50 millones de dólares por país para alcanzar las metas de mitigación de cambio climático.
La mayoría de las tecnologías en energía limpia fueron desarrolladas en naciones altamente industrializadas, sobre todo Estados Unidos, Japón y la Unión Europea. En 2014, estos países juntos abarcaban casi dos tercios de las patentes en tecnologías limpias, la mayoría de éstas en sectores relacionados a la energía como, por ejemplo, transportes no contaminantes, generación de energía limpia, eficiencia energética y almacenamiento energético.
Los mercados emergentes incrementaron su liderazgo en innovación de energía limpia. China ha evidenciado el mayor crecimiento en cuanto a solicitud de patentes en tecnologías limpias durante los últimos años.
En América Latina este crecimiento es más lento. América Latina está rezagada en comparación con otras regiones en cuanto a indicadores en innovación energética y otros sectores, solicitando menos patentes, invirtiendo menos en investigación y desarrollo de tecnología y recibiendo menos regalías.
"La innovación en energía limpia es crítica para América Latina, ya que incluso la aplicación de tecnologías existentes, desarrolladas en el extranjero, requieren de investigadores para adaptar dichas soluciones a las condiciones locales”, indica el documento.
La innovación en energía limpia ofrece a Latinoamérica la oportunidad de impulsar el crecimiento económico y el empleo, incrementar los flujos de capital extranjero mediante exportaciones de tecnología y las regalías generadas por las licencias. Además permitiría transformar sus economías a productos y servicios de mayor valor.
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