Un invento sencillo de investigadores de la Universidad Federal de Juiz de Fora, en el estado brasileño de Minas Gerais, permite reducir en 30% el consumo de energía de una ducha caliente.
Un aparato calienta el aire de la ducha, que debe cerrarse en forma hermética, bajando la temperatura requerida del agua para tener un baño agradable.
Instalado dentro del cubículo de la ducha, el aparato necesita un minuto para elevar de 15 a 32 grados centígrados la temperatura ambiente de un espacio de dos metros cúbicos.
Los cálculos se basan en un baño de diez minutos y en un calentador eléctrico con una potencia de entre 3.000 vatios y 4.500 vatios.
“Nuestros estudios demostraron que el calentamiento del aire evita el empleo de la potencia máxima. Aun sumando la energía usada en el calentador, comprobamos que el consumo promedio cae hasta 30%”, explicó a Tierramérica el responsable de la iniciativa Marco Aurélio Alves.
Aunque su origen se remonta incluso a Egipto y Grecia, en el siglo XIX -probablemente hacia 1810-, una ducha de las que se conocen como inglesas fue inventada de forma anónima. Por supuesto, hay una cierta contradicción entre las fuentes sobre el genial invento.
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