Ser consciente con el medio ambiente no sólo implica reciclar o no contaminar, también se puede aportar utilizando la energía sin necesidad de desperdiciarla, pues muchas veces la mal utilizamos sin si quiera darnos cuenta. Si cambiamos ciertos hábitos podremos reducir nuestro consumo energético en el hogar y destinar la energía desaprovechada a otras de nuestras actividades.
Lo primero para disminuir el consumo energético es reemplazar las ampolletas tradicionales por unas de bajo consumo, si bien son más caras en el comercio duran mucho más y usan bastante menos energía.
En vez de hervir agua cada vez que la necesites, puedes usar un termo para mantenerla caliente por más tiempo. También es importante regular la temperatura del refrigerador y abrirlo sólo cuando necesites algo de él.
Intenta siempre usar la lavadora. En vez de planchar pocas prendas varias veces, espera a que se acumule una gran cantidad y plánchala toda de una vez, al igual que si vas a lavar, siempre intenta que la carga de la lavadora sea la máxima y evita lavar por tandas poca ropa.
Jamás cubras los calefactores, pues esto impide que el calor se propague, empleando más energía.
En el verano, si vas a utilizar aire acondicionado o ventiladores, apágalos si no hay nadie en la habitación y ventila los entretechos para eliminar el calor acumulado. En invierno, en cambio, procura arreglar ranuras y fisuras que haya en puertas y ventanas para evitar que se fugue el calor. Si vas a comprar artefactos de calefacción o aire acondicionado fíjate que tengan el etiquetado de eficiencia energética.
Cuando laves los platos o te laves los dientes, procura mantener la llave del agua cerrada hasta el momento de enjuagarlos. No guardes comida caliente en el refrigerador, esto lo hace trabajar de más. Si hierves más agua de la necesaria procura almacenarla en termos.
Siempre apaga las luces al salir de una habitación, mantén despejadas las ventanas para que recibas más energía lumínica natural, intenta utilizar colores claros en las habitaciones para que se vean más iluminados. Estos pocos detalles que se nos pasan por alto son los que marcan la diferencia y pueden hacer que tu hogar sea eficiente energéticamente.
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