El investigador brasileño y líder de opinión Ricardo Abramovay aseguró ayer que es posible pensar en un mundo donde no se requiera pagar por la energía que se consume, en el marco de su participación en el seminario internacional “Economía y Sociedad para Vivir Bien”, que se desarrolla previo a la Cumbre G77+China.
“Los precios de la energía solar caen a tal punto que hoy en 20 lugares del mundo ya es más barato producir energía eléctrica a partir de paneles solares que cualquier otra fuente de energía”, fundamentó.
En su exposición, el académico brasileño manifestó su convencimiento por buscar que “la gente no pague más por energía eléctrica, porque esa misma gente va a producir energía eléctrica con gran eficiencia”.
A su juicio, la alternativa gira en torno al trabajo interconectado entre naciones que abarataría el precio y democratizaría el acceso viabilizando que las naciones pasen de ser consumidoras para ser productoras de energía.
“Yo creo que Pachamama o Ubuntu hará que cada vez más nosotros dejemos de ser simplemente consumidores de energía, sino productores de energías; la generalización de las innovaciones digitales es para todos”, explicó.
Abramovay precisó que la energía solar tiene mayores expectativas de emerger en las sociedades del mundo en un futuro a mediano plazo.
“En Sudáfrica la energía eólica ya es en promedio menos cara que el carbón. Sólo el año pasado las instalaciones domiciliarias de energía solar en California, Estados Unidos aumentaron 400 por ciento”, subrayó, citado en un boletín institucional.
Asimismo, comparó con el caso de la energía natural hidroeléctrica cuya producción es mucho más cara.
Actualmente, Bolivia desarrolla proyectos de energías limpias como el parque eólico de Qollpana, ubicado en Cochabamba, y el Gobierno informó que se realizan estudios para instalaciones similares en otras regiones.
JUSTICIA AMBIENTAL
El fundador y miembro del Instituto Centro de Vida, Sergio Guimaraes, de Brasil, pidió ayer a los 133 países miembros del G-77+China priorizar, en la próxima reunión del bloque, la construcción de una agenda común sobre seguridad y justicia ambiental para encarar la amenaza del calentamiento global y sus efectos en el clima.
A su juicio, el G-77+China puede delinear un nuevo modelo de vida sobre el principio de “vivir bien cuidando a la Madre Tierra”, como plantea Bolivia.
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