martes, 21 de junio de 2011

Soldados de Apolo generan biogás con sus heces

Un inusual proyecto ejecutado por el Regimiento Murillo, acantonado en Apolo, genera biogás con las heces de sus soldados, y lo utiliza para cocinar los alimentos de la tropa.

El objetivo inicial del proyecto, ejecutado por el Regimiento de Infantería (RI) 30 “Murillo”, era obtener energía renovable, reducir la contaminación ambiental y apoyar en la reforestación de esa región del norte paceño, pero en el desarrollo se descubrió ésta otra utilidad.

Para el efecto, se construyó un biodigestor (un contenedor donde se descompone la materia prima) de 12 metros de largo por cuatro y medio de ancho.

El biogás (parecido al GLP) producido por la fermentación de las heces en el biodigestor se convierte en una alternativa al uso de leña y al GLP en ese cuartel. “Ya no hay leña en el lugar, y antes era lo único que se usaba en la cocina”, comenta Diego Zarzuri, del RI-30.

Además, ayuda a compensar el costo elevado del GLP en Apolo. El Ejército presupuesta 22,5 bolivianos por garrafa, mientras en Apolo ésta se adquiere en 70.

Pero la iniciativa no se quedó ahí, ya que un segundo producto obtenido en el biodigestor, el biol (abono natural) es usado como fertilizante natural para mejorar sus cultivos y apoyar en la recuperación de la cobertura boscosa de la región.

Según Zarzuri, lo importante era reemplazar el uso de la leña por un combustible más ecológico, como es el biogás.

“Lo que buscamos es producir a nivel industrial ese combustible ecológico para usarlo en la cocina, para la preparación del desayuno, almuerzo y cena de la tropa, además para calentar agua”, explica el comandante de ese regimiento, Nelson Herrera.

El biol generó el interés de los habitantes de la región afectada por la deforestación. La UMSA ya analizó sus componentes, sobre todo lo referente a su contenido bacteriológico. “Establecieron que es un excelente abono para árboles y pasto”, señala Herrera.

El proceso de instalación

Con el impulso del Comando del Ejército y el asesoramiento técnico de la Cooperación Alemana (GIZ), lo primero que hicieron en el RI-30 fue elegir y diseñar el proceso de biodegradación de materias orgánicas de los sanitarios del cuartel para obtener energía renovable y proteger la salud de la tropa.

En julio de 2010, iniciaron la construcción del gran biodigestor para lo cual los soldados cavaron una zanja de 12 metros de largo por uno y medio de profundidad para la bolsa de geomembrama (plástico especial).

1.850

litros de carga diaria recibe el biodigestor de los soldados del cuartel y del matadero.

En octubre, se introdujeron en la bolsa 250 kilos de materia orgánica (160 de heces de humano y 90 de rumen proveniente del matadero) y 1.600 litros de agua que son descargados de las mismas letrinas. El cuartel cuenta con dos baterías de baños, cada uno de 37 letrinas que son usados por 400 personas, entre soldados, instructores y otro personal.

Luego de tres meses de fermentación de esa materia prima, en diciembre del pasado año, el biodigestor comenzó a producir el biogás. “Al principio la cocina ardía como vela, dice Zarzuri, pero fue un impacto muy grande para nosotros”.

Paralelamente, construyeron las pozas para recibir los efluentes de las letrinas y separar los sólidos de los líquidos, y poco a poco los resultados del experimento fueron mejorando.

Seis horas de combustible

Desde enero de este año, la producción diaria de biogás permite usar ese combustible en cuatro hornallas industriales durante seis horas al día.

Proyectamos sustituir completamente el uso de leña, dice Herrera. Por ello, cuentan con cuatro reservorios (tanques hechos de plástico especial transparente) donde se almacena ese gas.

16.500

bolivianos costó la construcción del biodigestor que genera biogás para seis horas.

El proyecto, iniciado por el anterior comandante del RI-30, Antonio Arandia Arenas, está hoy en pleno funcionamiento.

El combustible ecológico es empleado principalmente en la cocción de alimentos para la tropa y el personal: desayuno, almuerzo y cena.

El RI-30 socializa su proyecto en diferentes regimientos con el fin de que el Ejército lo replique, principalmente en unidades fronterizas. “Hay muchos interesados que vienen a visitarnos para ver cómo funciona”, dice Herrera.

Datos del primer biodigestor de Apolo
Piloto Según el experto español y consultor de la GIZ, Jaime Martí, el biodigestor instalado en Apolo en septiembre del pasado año, es el primero de envergadura para el saneamiento básico de aguas negras. Se trata de una gran infraestructura en Bolivia.


Efectivo La factibilidad de ese proyecto piloto apoyado por la Cooperación Alemana es que en Apolo (en el norte paceño) hay disponibilidad de agua todo el año.


Baños Además, el cuartel cuenta con letrinas separadas de urinarios.


Matadero A ello se suma la disponibilidad de rumen del matadero de Apolo, donde se matan tres vacas al día que aportan para la carga del biodigestor.


Costo La construcción del biodigestor demandó una inversión de más de 16.500 bolivianos que fueron financiados por el Comando del Ejército (50%) el RI-30 Murillo y la GIZ.

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