A principios de mes, la empresa Tesla sorprendía al mundo al presentar un producto que podría revolucionar el mercado de la energía mundial: la “superbatería” Tesla Energy, con sus versiones Powerwall para uso doméstico y Powerpack para uso empresarial.
Transcurrida la primera semana y pese a que los productos saldrán al mercado de Estados Unidos a mitad de año y al resto del mundo en 2016, la empresa confirma que ya recibió 38 mil solicitudes de reserva (por 800 millones de dólares), con lo que prácticamente se agotó el stock programado para el primer semestre del próximo año. La revolución se consolida.
Las Powerwall son baterías diseñadas para almacenar energía solar durante el día y utilizarla cuando haga falta, sea durante un fallo en la corriente eléctrica o durante la noche.
Otro de sus objetivos es potenciar las energías verdes y facilitar la transición a un sistema 100 por ciento limpio, sin dependencia de otras fuentes como los limitados combustibles fósiles o la energía nuclear.
Como la capacidad de almacenamiento es limitada con relación a la energía que necesita un hogar, las baterías no pueden ser autónomas y ser la fuente principal de energía, y el uso es más orientado a extender los beneficios de la energía solar.
Sin embargo, el bajo costo que ello implica seduce a los consumidores. La batería doméstica tendrá dos presentaciones un modelo de 7kWh para uso diario de 3.000 dólares y otro de kWh para reserva energética por 3.500 dólares. A eso hay que sumarle el costo de las placas solares y la instalación.
Además, la compañía, que con el anuncio hace un viraje a su tradicional producción de autos eléctricos, también presentó la Tesla Powerpack, versión a gran escala de esta batería, cuyo precio aún es desconocido. Sin embargo, la compañía ha confirmado que 2.500 empresas se han mostrado realmente interesadas en adquirir la Powerpack.
Es más, según la compañía, cada una de estas empresas estaría interesada en adquirir unas 10 unidades de media.
Construye una "megafábrica"
Tesla es una empresa norteamericana que habitualmente se dedicaba a la producción de autos eléctricos hasta que decidió dar el viraje en un negocio que desplazará al consumo tradicional de energía, como lo han hecho los celulares al teléfono de línea fija, según explica la compañía.
Inicialmente, las baterías se fabricarán en su planta de California, donde también se producen los autos eléctricos.
Sin embargo, está previsto que traslade su producción a la megafábrica que ha empezado a construir en Nevada sobre 450 mil metros cuadrados, concebida, en principio, para anticiparse a la demanda prevista de autos eléctricos, y que empezará a funcionar en 2017.
La Powerwall se fabrica con iones de litio, y se monta sin problemas en una pared para integrarse con la red local y aprovechar el exceso de poder y dar a los clientes la flexibilidad para extraer energía de su propia reserva.
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