lunes, 12 de septiembre de 2016

“La energía eléctrica está muy subvencionada”



Su padre, Julio Lara Aranda, había nacido en Perú y fue el propietario del Hotel Londres. Su madre, Lola Arroyo Salinas, sucrense, se constituyó en la primera mujer egresada de la Facultad de Medicina de San Francisco Xavier como farmacéutica. En ese tiempo, Farmacia dependía de Medicina. Su tesis de grado, presentada en mayo de 1924, lleva este título: “Coca, cocaína y sucedáneos”.

El ingeniero electricista Armando Lara Arroyo estudió en la Universidad Nacional de La Plata (Buenos Aires, Argentina), pero nació en Sucre y salió bachiller del Colegio del Sagrado Corazón. Está casado y tiene cuatro hijos, 12 nietos y dos bisnietos. Ahora, ya jubilado, después de haber sido presidente de Cordech, dos veces gerente de Cessa, exgerente de Elfeo en Oruro, exgerente de Electropaz, exgerente de Producción de Plantas Hidroeléctricas en Cobee; tras haber representado al poderoso grupo español Iberdrola en Bolivia, Perú y Paraguay, entre otros cargos, ha vuelto a radicar en Sucre.

CAPITALES (C). Con su experiencia, ¿qué opina del megaproyecto de El Bala?, ¿es funcional a las necesidades del país? Por otro lado, ¿cómo evalúa el polémico tema de Misicuni?
Armando Lara (AL). El proyecto de El Bala, para conseguir altura, debe acumular mucha agua en un gran embalse; se habla de un dique que creará un espejo de agua de aproximadamente dos veces la superficie de La Paz, siendo sus problemas: el tiempo de construcción (ocho años) y del llenado del embalse (posiblemente de cuatro a cinco años). Una vez construido el dique, el agua no utilizada podrá llegar a 3/4 a 4/5 del volumen total, lo que ocasionará que todos los vegetales y otros seres vivos se pudran, creando gases tóxicos que atentan contra el medio ambiente.
En el tema financiero, durante siete a ocho años habrá un capital inmovilizado de 7.000 millones de dólares, que se traduce en el pago de intereses en desmedro de nuestra economía.
El Bala, para Bolivia, es un proyecto muy grande, pues se habla de 4.000 megavatios (Mw), casi cuatro veces lo que consume el país, por lo que no veo mucha funcionalidad en este momento.
Misicuni es un proyecto que tiene más de 60 años y consiste en generación de energía eléctrica; luego, distribución de agua para la población y agua para riego. Con una inversión aproximada de $us 360 millones, a la fecha en el túnel de trasvase, construcción del dique y la planta de generación, se deberán añadir $us 140 millones para los túneles faltantes, llegando a $us 500 millones, frente a los 200 millones programados para el proyecto.
La tardanza inicialmente fue por falta de recursos, luego por indecisión política y más tarde por malversación, malos manejos y personal no calificado. Inicialmente se debía entregar en 2013, luego en abril de este año, y lo más probable será que lo hagan recién el próximo año. Y sin incluir los dos túneles faltantes.

C. ¿Por qué cree que no se ha considerado el Proyecto Icla en el Plan Óptimo de Expansión del Sistema Interconectado Nacional 2012-2022? Y, ¿cuáles son las ventajas de ese proyecto?
AL. Considero que no avanzó este proyecto por dejadez de las autoridades, que nunca exigieron al Gobierno su construcción pese a que en abril de 2013 se firmó con los chinos el estudio de factibilidad que debían entregar en 180 días para proceder luego al diseño final, financiación, construcción y operación.
En octubre de ese año, la Brigada Parlamentaria presentó una declaratoria de prioridad nacional para la construcción del Icla. En noviembre, la Gobernación debía recibir un informe de parte del Gobierno sobre el trabajo realizado por los chinos. Al respecto, la Gobernación nunca dijo nada.
La inversión es de 170 millones de dólares y como ventajas podemos señalar la creación de empleo: 2.000 personas por el tiempo de construcción, que sería de aproximadamente cinco años, más pobladores de la zona, en alimentación, alojamiento, etc. Los ambientes para alojamiento, almacenes, etc., durante la construcción, deberán realizarse pensando que puedan ser utilizados como hoteles de turismo, escuelas, etc.
La parte social más importante del proyecto será el riego de por lo menos 1.000 hectáreas en Chuquisaca, para compensar el traslado de la gente que verá inundados sus campos con mejores tierras y viviendas; costos que se consideran dentro del proyecto.
La construcción de Icla dará lugar al estudio de otros 10 proyectos a lo largo del río Pilcomayo, y será el principio de una serie de obras durante un tiempo relativamente prolongado, preparando personal calificado y manteniendo a la población ocupada con fuentes de trabajo seguras.
Esto permitirá crear una empresa eléctrica que, como socios, podrían ser: ENDE, Gobernación y otras entidades, de manera similar a Fancesa, que darán dividendos para la región. Además, por seguridad de área, con el plan de expansión que ENDE preparó, si no se toma en cuenta Icla, el sistema sur será deficitario, debiendo importar del norte y el oriente sus necesidades eléctricas.

C. ¿La electricidad en Bolivia está subvencionada?
AL. La energía eléctrica está muy subvencionada, ya que desde el año 2000 todas las generadoras con turbinas a gas, que son las que fijan el precio de generación eléctrica, pagan $us 1,3 con impuestos por millón de BTU (unidad calórica inglesa), dando por lo tanto una tarifa eléctrica muy baja, cuando sin subvención el precio del gas a considerar debería ser el de exportación, que en algún momento llegó a $us 10 por millón de BTU.

C. ¿Qué significa esto, cuáles son las consecuencias y qué se debe hacer para resolverlo?
AL. Cualquier subvención debe ser siempre temporal, o hasta que los motivos que lo implantaron hayan desaparecido. En este caso, la subvención es política y es tiempo de que se levante. Más ahora que el precio del gas de exportación ha bajado a cerca de los $us 3 por millón de BTU, debería liberarse y equipararse a dicho precio, consiguiendo de esa manera mayores ingresos, en un momento en que todas las instituciones tienen problemas en sus presupuestos.

C. En lo interno, ¿Bolivia tiene asegurada la satisfacción de su demanda interna con estos proyectos en curso?
AL. Sin duda, tenemos la reserva necesaria para cubrir nuestro crecimiento.

"La parte social más importante del proyecto Icla será el riego de por lo menos 1.000 hectáreas en Chuquisaca, para compensar el traslado de la gente que verá inundados sus campos con mejores tierras y viviendas”.

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